Universitario II 52-31 Zurulzulzul

Hoy hemos jugado un partido en los que hay que ponerse el mono de trabajo. Duro, costoso, sin continuidad, tosco. Pero con clase. Empezamos un poco fríos, con un par de intercambios de canasta, los dos primeros minutos. Y esa fue la única concesión. Después, una serie de canastas seguidas en el partido nos pusieron con una pequeña ventaja, pero lo suficientemente cómoda como para elaborar un poco más el juego sin tener la presión de un marcador en contra. El segundo cuarto ya fue un despunte más importante, y con cuatro triples casi consecutivos se destrozó una defensa en zona que permitía bastante el tiro exterior. Tras un tiempo muerto del equipo contrario cambiaron a una zona 3-2 para intentar frenar la avalancha que venía de fuera, y sin embargo, fue entonces el juego interior lo que hizo daño. Al final de la primera mitad se señalaba un claro marcador a favor nuestro: 32-16.

El segundo tiempo fue otro cantar. Pasaron a una defensa individual a la que costó adaptarse. Y es que apenas se juega un partido al año con esta defensa (la edad y los escasos efectivos de los equipos la hacen demasiado onerosa). Así que no hubo más que apretarse fuerte el cinturón, y, ante una fase muy poco anotadora (apenas 5 puntos en todo el tercer cuarto), fue la defensa la que sacó adelante el partido y nos permitió llegar al último cuarto con la suficiente ventaja como para poder negociar los términos de su rendición. Y así fue. A pesar de jugar una defensa rozando el límite, un ataque pausado y con cabeza permitió aprovechar mejores opciones de tiro y terminar con comodidad un partido duro, pero de los que luego mejor recuerdo se tiene.

Dos partidos, dos victorias. Esperemos que continúe esto así.